Today.
Mano a mano.
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Mano a mano.
Música: Carlos Gardel y Jose Razzano
Letra: Celedonio Flores
1920
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Rechiflao en mi tristeza hoy te evoco y veo que has sido
en mi pobre vida paria solo una buena mujer;
tu presencia de bacana puso calor en mi nido,
fuiste buena, consecuente, y yo se que me has querido
como no quisiste a nadie, como no podras querer.
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Se dio el juego de remanye, cuando vos, pobre percanta,
gambeteabas la pobreza en la casa de pension;
hoy sos toda una bacana, la vida te rie y canta,
los morlacos del otario los tiras a la marchanta
como juega el gato maula con el misero raton.
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Hoy tenes el mate lleno de infelices ilusiones,
te engrupieron los otarios, las amigas, el gavion;
la milonga entre magnates con sus locas tentaciones
donde triunfan y claudican milongueras pretensiones
se te ha entrado muy adentro en el pobre corazon.
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Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado,
no me importa lo que has hecho, lo que haces, ni lo que haras
los favores recibido creo habertelos pagado
y si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado,
en la cuenta del otario si queres se la cargas.
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Mientras tanto que tus triunfos, pobres triunfos pasajeros,
sean una larga fila de riquezas y placer;
que el bacan que te acamala tenga pesos duraderos,
y te abras en las paradas con cafishios milonqueros,
y que digan los muchachos: "Es una buena mujer."
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Y mañana cuando seas descolado mueble viejo
Y no tengas esperanzas en tu pobre corazon;
si precisas una ayuda, si te hace falta un consejo,
acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo
p'ayudarte en lo que pueda, cuando sea la ocasion.
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1 año,
nada que celebrar.
La vida del bloc y el boli.
A veces me preguntan: "Y usted, cuando hace un viaje a pie, ¿lleva un bloc para anotar lo que le interesa?" Años atrás no me lo preguntaba nadie. Daban por hecho que si alguien quería recordar lo que había visto, o lo que había pensado, mientras daba una vuelta por Italia o pasaba unos días en París, apuntaban sus impresiones en un bloc o una libretita.
Esto es lo que han hecho, habitualmente, no solo algunos ciudadanos normales, sino también el escritor curioso, el explorador de territorios exóticos, el arqueólogo o naturalista que dedicaba largos ratos a la observación. Los "cuadernos de viaje" de determinadas personas son documentos de un gran valor literario, geográfico, histórico. Aquellas anotaciones son, a menudo, la base de un futuro texto más extenso que recogerá la interpretación científica de un fenómeno. Todo había empezado con un cuaderno y un lápiz.
No me imagino a mí mismo, caminando, deteniéndome regularmente para introducir mis impresiones en un ordenador portátil. El bloc y el bolígrafo, humildes como son, resultan muy prácticos. Incluso pueden hacerse esquemas de paisajes o añadir rápidamente una referencia tres páginas más atrás. Hay que procurar, eso sí, que letra sea mínimamente clara.
Me parece que ya se han terminado los manuscritos con correciones. En los textos picados en el ordenador, si se produce un error, se puede borrar, y del error ya no queda constancia. Solo podemos saber la última versión de un texto. El proceso mental de la escritura -que es un proceso que tiene paros, vacilaciones, dudas, modificaciones- ya no es visible. Conocer qué palabra o qué frase se ha sustitutido por otra, y deducir por qué, podría ser muy interesante para los estudiosos.
O sea que las tentativas y las versiones originales cada vez están menos documentadas. La imperfección va de baja. Quizá debe ser así. También desaparecen las firmas con la proliferación -tan útil, que conste, y a la vez tan fatigante- de los correos electrónicos. Ya no tenemos que decir nunca "esta firma es ilegible". Los emilios no llevan firma, ya no las hay ampulosas ni humildes, ni vulgares ni elegantes. Además, todo el mundo tiene la misma letra.
Pero todavía hay alguien que, cuando sale a hacer turismo, se lleva un bloc y un bolígrafo, y anota dónde ha comido, dónde se ha comprado un jersey, qué impresión le ha causado un castillo. Y envía una postal, que quizá es el último refugio de la escritura a mano.
Josep Maria Espinàs
publicado en el Periódico el 22 de marzo del 2009.
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Todavía escribo de vez en cuando en mis libretas,
y sé de gente que también lo hace en las suyas,
todavía envío postales cuando viajo,
aunque para enviarlas necesito una dirección.